Crucero Fluvial Alemania y Países Bajos

Curiosidades sobre este destino

Alemania, con su rica historia y sus magníficos paisajes, es también un paraíso gastronómico. La salchicha alemana es uno de los platos más emblemáticos. Desde las Bratwurst de Baviera hasta las Currywurst de Berlín, cada región tiene su propia variedad de este delicioso manjar.

Otro de los grandes sabores alemanes es el pretzel; una pieza de pan crujiente, salada por fuera y suave por dentro, perfecta para acompañar una cerveza local. Además, la sopa de chucrut y las costillas a la alemana son típicas de la cocina más casera, reconociendo el legado de la comida bávara.

En cuanto a los tesoros de Alemania, el país es conocido por su legado arquitectónico y cultural. El Castillo de Neuschwanstein, en Baviera, es uno de los destinos más románticos de Europa, con su apariencia de cuento de hadas. Berlín, por su parte, ofrece una mezcla fascinante de historia y modernidad, destacándose la Puerta de Brandeburgo y el Muro de Berlín, dos símbolos de la Guerra Fría.

Colonia es famosa por su Catedral, uno de los ejemplos más impresionantes del arte gótico en Europa. Y no podemos olvidar los valles del río Rin, donde se encuentran castillos medievales y viñedos que producen algunos de los mejores vinos del mundo.

La gastronomía de los Países Bajos es un reflejo de su tradición, su historia marítima y su relación con la agricultura. El queso Gouda es uno de los tesoros más reconocidos de este país; su sabor suave y cremoso se disfruta en muchas formas, desde rodajas frescas hasta versiones curadas que acompañan perfectamente a una cerveza local.

Otro clásico es el stroopwafel, una deliciosa galleta crujiente rellena de caramelo, ideal para disfrutar con una taza de café o té.

En cuanto a los tesoros naturales y culturales, los Países Bajos son famosos por sus molinos de viento en lugares como Kinderdijk, donde la historia se mezcla con la belleza del paisaje.

Ámsterdam, la vibrante capital, ofrece el arte clásico del Rijksmuseum y el famoso Museo Van Gogh, donde se pueden admirar algunas de las obras más impactantes del arte mundial. A lo largo de los canales de la ciudad, el paseo en barco es una de las experiencias más encantadoras, brindando una vista única de las casas flotantes y los históricos puentes. Y no podemos olvidar Keukenhof, el jardín de tulipanes más grande del mundo, un verdadero tesoro floral durante la temporada de primavera.